Todo el mundo se apoya en el patriarcado, es decir en el poder masculino, en las raíces obsoletas que se derivan de las religiones y las tradiciones de las tribus. Esta dominación masculina ha demostrado suficientemente la incapacidad para lograr la madurez cultural. Todos los países en los que todavía subsiste el patriarcado se caracterizan por la pobreza generalizada, la falta de educación y el abandono social.
En los países que se consideran relativamente avanzados, cada vez es más el número de mujeres que conquista las más altas posiciones de liderazgo. Pero estas mujeres se hallan en un ambiente cultural en el que persiste la contradicción entre el sistema económico capitalista y la demanda democrática.
Las mujeres de este mundo desarrollan así su instinto característico de preocupación y cuidado en un activo papel precursor en dirección hacia una civilización que considera el bien común y la autogestión como base natural de la convivencia social y común.
A los hombres de este mundo les queda la tarea de bajarse del pedestal de patriarcado y reconocer a todas las mujeres del mundo la igualdad de condiciones y el respeto que se merecen.
Dando como resultado los siguiente objetivos:
- Igualdad incondicional entre mujeres y hombres.
- Decisión de superar el patriarcado.
La iniciativa por el Bien Común (987 descargas)
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